Los menores de 40 años corresponden al 53% de los contagiados con covid-19 en el país, según anunció el Ministerio de Salud esta semana.

Y aunque se pensaba que era el grupo etario menos vulnerable a las consecuencias del virus, en estos días se han dado a conocer reportes de lo que sería un nuevo efecto del coronavirus en este rango de edad: accidentes cerebrovasculares (ACV).

Los ACV pueden tener consecuencias, como parálisis de un lado del cuerpo.

Es algo que médicos de Nueva York, Detroit, Nueva Jersey y otras ciudades de Estados Unidos han reportado en los últimos días, según la prensa local. Se trata de dos escenarios: pacientes que han sido diagnosticados con covid-19 y después presentan el ataque cerebrovascular o, por el contrario, han presentado el ACV y después han dado positivo al virus.

Si bien la mayoría de los médicos chilenos consultados aseguran que aún no se ha encontrado con estos casos, el doctor José Miguel Puccio, cardiólogo del Hospital San José, dice haber recibido el primero esta semana. Se trató de una joven de 32 años.

“Y es algo que se está reportando en el mundo; de hecho, la norma que tenemos ahora es que cualquier paciente menor de 40 años con un accidente cerebrovascular es covid-19 hasta que se compruebe lo contrario”, dice Puccio, quien también es académico de la Dirección de Postgrado de la Usach.

De acuerdo con The New York Times, muchos médicos alrededor del mundo están convencidos de que los accidentes cerebrovasculares son otra manifestación del nuevo coronavirus en los jóvenes. El ACV es una afección muy poco común en este grupo.

“Estamos viendo un número sorprendente de jóvenes que tuvieron tos leve, hacen cuarentena como se supone que tienen que hacerlo, y luego tienen un derrame cerebral repentino”, dijo a ese diario Adam Dmytriw, cardiólogo de la Universidad de Toronto, quien este mes publicó un estudio en el cual describe estos casos, con datos de hospitales de Nueva York.

Según el documento, un quinto de estos pacientes no tenía ningún factor de riesgo para sufrir un ACV.

Los especialistas locales creen que el problema tiene que ver con la capacidad del SARS-CoV-2 de alterar la coagulación, algo que la ciencia empezó a descubrir recientemente, indican.

“Los pacientes con el virus muestran un estado de hipercoagulabilidad, una condición que aumenta el riesgo de trombos, que ya vienen apareciendo en varios reportes, asegura Sebastián Ugarte, jefe de pacientes críticos de la Clínica Indisa.

“La verdad es que hemos aprendido que el virus impulsa un síndrome protrombótico, se dan más trombosis de lo habitual, como lo que ocurre en el lupus”, comenta el médico.

Y agrega: “Esto puede afectar varios territorios, llegando al nivel de los riñones, o provocar tromboembolismo pulmonar, pero también los ACV”.

Dado que el virus se conoce hace pocos meses, los mecanismos que impulsan la hipercoagulabilidad son aún desconocidos, coinciden los especialistas. Ellos creen que tiene que ver con la cascada inflamatoria que produce el covid-19. a raíz de una respuesta exagerada del sistema inmune por combatir la enfermedad.

“El coronavirus produce niveles elevados de citoquinas inflamatorias y eso puede activar factores de coagulación y provocar más trombos”, explica Sergio Illanes, neurólogo de Clínica Alemana.

Tanto así, dice el médico, que en ese centro se administran fármacos anticoagulantes a todos los pacientes con covid-19, sin importar la edad.

Pero, ¿por qué ocurriría esto en personas jóvenes?

“La hipótesis principal es que este grupo tiene un sistema inmunólogo más potente, con una capacidad de reacción más fuerte, lo que provocaría más inflamación y que se produzcan más estos trombos”, asegura Esteban Basaez, neurólogo vascular de Clínica Las Condes.

Algo importante, dicen los expertos, es consultar a tiempo ante los síntomas (ver recuadro).

la pandemia del

Coronavirus

La clave es consultar a tiempo

Hoy, todavía no está claro por qué el accidente cerebrovascular ocurre en algunos pacientes jóvenes con covid-19 y en otros no, por lo que no hay forma de prevenir, aseguran los médicos. De allí la importancia de consultar a tiempo en caso de presentar síntomas.

Según los especialistas, las personas que han estado expuestas al coronavirus o que están manejando su infección en el hogar deben comunicarse con un doctor si sienten alteración del habla, de la movilidad de la cara o falta de fuerza en un brazo.

“Manejar mejor el ACV depende de si una persona llega a urgencias en un margen de cuatro horas y media. Esto es como una carrera contra el tiempo”, dice el doctor Basaez.

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Su “preocupación” por la metodología empleada en el estudio publicado en la revista The Lancet sobre la hidroxicloroquina, cuyas conclusiones de que eleva el riesgo de muerte de los pacientes con covid-19 llevaron a la OMS a suspender los ensayos clínicos, es lo que expresó una decena de científicos en una carta abierta.

El estudio se basa en los datos de unos 96.000 pacientes.

Científicos de todo el mundo, desde Harvard hasta el Imperial College de Londres, firman la carta. Entre los firmantes figura también Philippe Parola, colaborador del doctor francés Didier Raoult, que con su promoción de la hidroxicloroquina desde el inicio de la pandemia contribuyó ampliamente a popularizar la molécula, empleada normalmente para tratar males como el lupus.

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En comparación con otros grupos etarios y con las mujeres, los hombres mayores se preocupan menos por la enfermedad y pueden estar en mayor riesgo de contraer covid-19, según un estudio publicado ayer en The Journals of Gerontology y realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Georgia (EE.UU.).

El grupo encuestó a 302 personas de ambos sexos —146 jóvenes, de entre 18 y 35 años, y 156 adultos mayores— sobre la gravedad percibida respecto de la pandemia y su nivel de preocupación por contraer el covid-19. Al final, los científicos encontraron que los hombres mayores eran los menos preocupados y quienes habían adoptado la menor cantidad de medidas preventivas.

Se trata de un hallazgo preocupante, a juicio de los autores, tomando en cuenta que este grupo tiene mayor riesgo de muerte que el resto, según han arrojado varias estadísticas desde que se inició el brote.

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Las manillas, los pasamanos y los carros de supermercado deben estar recubiertos de cobre para detener la propagación del covid-19, según los científicos. Investigadores descubrieron que el virus sobrevivió en este metal durante cuatro horas, debido a sus propiedades antibacterianas. En contraste, el virus se detectó en acero y plástico después de 72 horas, y en cartón después de 24 horas.

William Keevil, microbiólogo de la U. de Southampton, dijo que el Reino Unido tenía que “ponerse al día” cuando se trataba de usar cobre.

Otros virus, como los que están detrás del brote de Mers en 2012 y la pandemia de gripe porcina en 2009, fueron “aniquilados” por el cobre en cuestión de minutos, dijo Keevil, quien ha estado estudiando los efectos antimicrobianos del cobre durante más de dos décadas. “Simplemente los destrozó”, dijo. “Cuando (un coronavirus) aterriza, los iones de cobre atacan la membrana lipídica. Hacen agujeros y el cobre inunda la célula y destruye el ácido nucleico”.

Algunos hospitales donde se han instalado aleaciones de cobre han tenido una reducción del 90% de bacterias en sus superficies.

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Twitter comenzó a aplicar nuevos controles en su contenido. El martes, a dos tuits de Donald Trump en los que cuestionaba la seguridad de las votaciones por correo la red social les puso una etiqueta de publicación potencialmente engañosa, con un enlace que llevaba a informaciones que aclaraban que lo dicho no era necesariamente correcto. Ayer, otro comentario del Presidente de EE.UU. fue etiquetado por Twitter por atentar contra sus políticas sobre la violencia y ocultó su tuit, si bien puede ser leído si se accede a un enlace.

¿Cómo funciona la maquinaria al interior de Twitter para saber qué tuits deben recibir un tratamiento especial?

Detrás de estas intervenciones hay tanto seres humanos como un algoritmo de inteligencia artificial, explica Felipe Molina, líder del área de marketing y del proyecto Security Awareness de la empresa tecnológica 3IT.

“Hace algunas semanas, Twitter realizó una actualización de la política de información engañosa para moderar los contenidos de su plataforma a través de herramientas como el fact-checking (la verificación de la veracidad de las informaciones)”, explica.

Además, la red social cuenta con moderadores de contenido, pero este año, debido al coronavirus, se han privilegiado los algoritmos de inteligencia artificial por sobre el análisis humano, agrega.

La primera área en la que comenzaron a trabajar en fact checking fue en informaciones sobre covid-19. Primero eliminaron 2.600 tuits, de unos de tres millones de cuentas, por presentar información falsa. También crearon unas etiquetas que alertan sobre el contenido inconsistente y llevan a enlaces que precisan la información entregada.

La cuenta de Donald Trump fue la primera cuenta privada a la que se etiquetó de esta forma y ayer también fue a la primera a la que se le colocó una advertencia respecto de la violación de políticas de la empresa, dice Molina.

Hasta ahora simplemente se borraba el contenido de los transgresores. La plataforma publica las medidas adoptadas en la cuenta @TwitterSafety, donde lleva el registro de ellas.

¿Libertad de expresión?

Un tema sensible en la política de Twitter es la libertad de expresión y sus límites, dice Enrique Núñez, académico de la Facultad de Comunicaciones de la U. Católica y editor general de factchecking.cl.

Núñez reconoce que los discursos de odio o desinformación requieren ser moderados. “Lo que haría Twitter no sería atentar contra la libertad de expresión de Trump ni de otra persona, en cuanto no está borrando contenidos, sino advierte cómo leerlos”, explica.

Y agrega: “(Pero) No deja de ser sospechoso que habiendo tanta gente tuiteando cosas parecidas, el primer personaje público destacado sea Trump y justo en el contexto de las elecciones”.

Facebook también hace fact-checking de sus contenidos. “A diferencia de Twitter que trabaja con fact checkers de empresas de terceros que no se sabe quiénes son, Facebook lo hace con entidades de fact-checking conocidas y que han transparentado su método de análisis”, afirma Núñez.

Además, tiene una política de verificación de veracidaddiferente a la de Twitter respecto de los políticos. De hecho, el mismo mensaje de Trump sobre el voto por correo se publicó en esa red social sin comentarios.

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