Retomo algunos nombres de muy famosos exponentes internacionales del deporte mexicano, para quienes un contrato de representación es simplemente cuestión de llegarles al precio, pero, de entre ellos está el nombre de una joven extraordinaria, a quien Carlos cobijó desde mucho antes de saltar a la fama, y quien ya le respondió con un resonante triunfo en un torneo en China.
—Grandes deportistas mexicanos han portado la imagen de Value a través de su vida profesional. Podemos citar a Saúl Canelo Álvarez, al basquetbolista Eduardo Nájera, El beisbolista Adrián González y, por supuesto, nuestra flamante campeona en el LPGA Tour, Gaby López. ¿Por qué apoyar a deportistas?
Su respuesta, afortunadamente, fue mucho más allá de lo que yo esperaba.
—¿Por qué no? —me revira con una recta de humo directa al plato, como se diría en el argot beisbolero—. Para mí son los héroes que necesita el país. He tratado de apoyar a los que piensan en grande, tienen las facultades y están en deportes donde México puede destacar en el ámbito internacional. A mí me gusta que la gente sepa que en México tenemos campeones y ¡bueno!, he tenido la bendición de que en el Canelo me encontré a un gran campeón, quien el próximo 15 de diciembre, en el Madison Square Garden, va a tratar de ser el primer boxeador mexicano que obtiene el campeonato en tres títulos diferentes, incluyendo uno por arriba de las 140 libras (a tiempo pasado, aclaro que Saúl Canelo Álvarez ganó su pelea y cumplió con los pronósticos de Bremer). Ha habido otros con tres títulos, pero debajo de ese peso, lo que es más común y más fácil. Él es uno de los grandes campeones de los que me enorgullezco apoyar, pero también estoy orgulloso de todos a los que he ayudado, los que han llegado lejos y los que no. Me enorgullezco de Mariana Avitia, a quien apoyé desde que tenía 13 años y fue medallista en la Olimpiada¹; entre las que me hacen sentir orgulloso está también Elsa García, que, aunque no llegó, es una de las mejores gimnastas de México, y ahora les transmite su conocimiento a otras más chiquitas². Acabo de darle mi apoyo a una boxeadora de 13 años, que ha tenido una vida muy difícil, pero es una niña preciosa, tiene un tremendo corazón y nunca ha perdido una pelea. Se llama Stephanie la Chica de Oro³. Me motiva ayudar a gente que pueda llegar lejos y ya no sé quién gana más, si ellos o yo.
Una de las partes que no quise dejar de lado en este diálogo, es la del Bremer filántropo, cuyas aportaciones dejan de lado a la exhibición de la marca y destina un importante monto a organizaciones sin fines de lucro, donde practican deportistas que difícilmente alcanzan un espacio en los medios de comunicación. Con ese tema continué el interrogatorio:
—Nos conocimos hace ya una década, durante una comida organizada por Impulsando al Golf Profesional Mexicano, IGPM, una institución dedicada a recabar fondos para apoyar a las golfistas profesionales, facilitando su ingreso al golf de paga. La aportación de Value ha sido un sólido pilar en la consolidación de sus metas. ¿Por qué decidiste apoyar a un grupo de profesionales, a sabiendas de que no obtendrías una gran exposición?
—La verdad, yo nunca he dado apoyos para exponer a la marca —me responde de manera enfática—. Los hemos dado porque creemos que se trata de gente que debemos empujar, y si a nosotros nos toca la oportunidad de hacerlo, lo hacemos. Digo —continúa ahora con voz tranquila—, tenemos la diosidencia de un Canelo Álvarez, y ¡bueno!, más exposición de marca no puede haber. Pero, la verdad es que ahí nos tiene y no nos ha cambiado, y yo le agradezco que trabajemos en equipo, porque aparte, siempre trato de trabajar con él en labores sociales, como sucedió recientemente en un video que lo mostró viniendo a visitar a un niño que anuncia el Teletón, y ahora iremos con el niño a Nueva York, quien irá en apoyo de su héroe. Él es una persona bondadosa, además de aguerrido. Adrián González es otro ser humano fuera de serie, que toda la vida ha cedido el 20% de su sueldo a la filantropía. ¡Eso está cañón! —vuelve a enfatizar—. Estamos hablando de un sueldo de 130 millones de dólares en cinco años. Esa gente merece todos mis respetos. Como eso, ¿qué te puedo decir? El triunfo de Gaby López contra las asiáticas a domicilio en China es para mí una satisfacción tremenda. Con estos campeones, no nos la acabamos. Creo que vienen grandes cosas para México.
Ingreso brevemente al plano filosófico para formularle la siguiente pregunta:
—¿Qué se puede rescatar de la práctica del golf para mejorar como persona y como empresario?
—El golf te puede dar muchísimo —me responde mientras su mirada recorre una buena parte del horizonte—. No podría enumerar todo lo que me ha dado el golf. Me retiré del golf (de competencia) a los 15 o 16 años, porque tenía que trabajar más duro y ya no tenía tiempo, pero, el haber aprendido jugarlo desde chico, me dio la posibilidad de conocer a importantes personajes en mi vida, desde el presidente Bill Clinton, con el que sigo jugando cada año, hasta algunos de mis héroes, como Michael Jordan, con el que también juego casi cada año, Michael Phelps, a quien veo de vez en cuando, y muchas otras estrellas, con quienes me he relacionado gracias al golf. Lo mismo me ha sucedido con otros empresarios, a través de este deporte.